Psicóloga experta en Psicología de la Mujer

SALUD DE LA MUJER

¿Te ayudo a sentirte plena?

Las principales investigaciones acerca de la Salud de la Mujer se han centrado tradicionalmente en su salud sexual y reproductiva. Esto ha hecho que otros aspectos que influyen de manera importante en su salud, tanto física como mental, queden relegados.

La invisibilización de las diferentes manifestaciones del dolor en la mujer ha hecho que ésta viva su malestar practicando la resignación y acostumbrándose a vivir con molestias y dolor.

A continuación, presento ciertas problemáticas de mayor incidencia en las mujeres. Si te sientes identificada con alguna de ellas y las reconoces como propias, podemos trabajar juntas para que tengas un mayor conocimiento de tu cuerpo y tus vivencias y así, puedas vivir de manera más plena y libre tu día a día.

SALUD DE LA MUJER

¿Te reconoces en alguna de las siguientes afirmaciones?

La "supermujer"

  • “No llego a todo… Me ocupo de la casa, los niños, el trabajo y, además, tengo que estar contenta y sonriente…”
  • “Siento que si no cumplo con lo que tengo que hacer como mujer, lo estoy haciendo mal”
  • “Al final me encuentro supervisando que todo vaya bien, como que depende todo de que yo lo revise”
  • “Y ahora también tengo que ir al gimnasio, aunque sea a las 9 de la noche y esté agotada, porque si no, ya no me estaré cuidando y no estaré delgada y estupenda… No puedo más”
  • “Estoy agotada de no parar ni un segundo… Me quiero ir a una isla desierta y que me dejen en paz”

Rol de cuidadora

  • “Siempre he sabido que si alguien iba a cuidar de mis padres sería yo. Con mis hermanos no puedo contar”
  • “No me voy a gusto sabiendo que él se queda tanto tiempo con los niños, me preocupa que se agobie”
  • “Ahora he tenido que dejar el trabajo para poder ocuparme de la casa, los niños y mi madre. Si yo no lo hago, no van a estar bien”
  • “Llevo toda la vida cuidando de los demás”
  • “Antes de irme de viaje por el trabajo, dejo todo lo que puedo preparado. Al final, soy yo la que lo suelo hacer y no sé si se apañarían si no se lo dejo más o menos resuelto”
  • “Ahora que he dejado de cuidar a mis hijos, empiezo a cuidar a mis padres”

Embarazo, parto y puerperio

  • “Siempre había soñado con tener un hijo… Pero esto no es como en mis sueños”
  • “Me está costando mucho llevar el embarazo, me encuentro fatal pero se supone que tengo que estar contenta y trabajar hasta el final. Mi jefa lo hizo así”
  • “Yo nunca había querido tener hijos… Me da miedo”
  • “Todavía recuerdo cuando se me subieron dos matronas a la tripa y empujaron a lo bestia para que saliese el bebé… El miedo, el dolor… Y allí nadie me preguntaba cómo estaba… Ni me miraban”
  • “No me dejaron estar con mi bebé prácticamente tres días seguidos… No lo he pasado peor en mi vida. Acababa de parir pero daba igual, aunque fuese su madre… Nunca he visto gente tan inhumana”
  • “Estuve días sin dormir después de dar a luz. Sólo lloraba, no tenía fuerzas para levantarme y sentía que no lo estaba haciendo bien con mi bebé… Sentía mucha culpa…”
  • “No soy tan feliz como pensaba por haberme convertido en madre, de hecho, me siento desbordada, triste… pero ¿cómo voy a contarlo? si ahora se supone que tengo que ser la mujer más feliz del mundo”

Menopausia

  • “Sudo muchísimo, me entra el calor en pleno invierno y me da vergüenza que me vean así”
  • “Lo llevo como puedo pero no es nada agradable que, de repente, te entre un sofoco y tengas que parar lo que estés haciendo hasta que pasan unos minutos”
  • “La osteoporosis me ha afectado a la columna y tengo muchos dolores. Al final esto también me baja un poco el ánimo”
  • “Como consecuencia de la operación y el tratamiento, estoy viviendo una menopausia que no me tocaba hasta dentro de 10 años”
  • “Me siento más irritable, a veces más triste y también con cambios de humor”
  • “Con la menopausia he engordado bastante y no me encuentro bien”

La vejez en la mujer

“Los libros que leíste. El miedo de las noches.
Las banquetas de encina, tu pasar.
Encorvado que escondías de todos los muchachos.
Las dos oposiciones.
Los niños, cuatro partos, mil anginas y cincuenta kilogramos servidos de embarazo.
Las bolsas de la compra.
Las prisas y tus sueños. Tu almohada de espinas.
Tu aprender de la muerte. Quirófanos, estrellas.
Las horas de cocina y el limpiar.
El pescado, cada tarde, los sábados.
Exámenes. Mudanzas. El tacón.
Del domingo, los renglones torcidos que escribías trasnochando.
Y las veces que alzaste desde el suelo, sostenidas en vilo,
dos arrobas de llanto.

Todo esto está inscrito, aunque nadie lo vea,
en ese claro oscuro que revisa tu médico.
Ya se sabe, los años…
Sí señor, mi esqueleto ha vivido conmigo cada instante.
Y hoy me pasa factura.
Pues los huesos, mejor que un diario,
registran nuestra historia como nadie”

Juana Castro (Córdoba)

(El dolor y el malestar de las mujeres. Diagnóstico diferencial. 2003.)

Violencia de género

  • “Es muy celoso y no puedo tener amigos”
  • “Controla todo lo que hago”
  • “Me insulta pero luego me pide perdón y vuelve a ser maravilloso”
  • “Me hace sentir que no valgo nada”
  • “Estoy cansada de que mis hijos estén escuchando gritos todos los días y vean cómo me trata”
  • “Me ha pegado… Nunca pensé que me pasaría esto a mí”
  • “Para él, todo lo hago mal”
  • “Me preocupa muchísimo cómo puede estar afectando esto a mis hijos”
  • “Le tengo miedo”

Cáncer y enfermedades autoinmunes

Las investigaciones científicas intentan ahondar cada día en cuáles son los factores que influyen en la aparición y desarrollo de la enfermedad.
Tanto en ciertos tipos de cáncer como en determinadas enfermedades autoinmunes que afectan principalmente a mujeres (artritis reumatoide, lupus eritematoso sistémico, dolor crónico, hipotiroidismo, fibromialgia…) se ha determinado que, a parte de la evidente influencia de factores genéticos y del estilo de vida presente en muchos casos, existen otros casos donde el componente psicológico está estrechamente relacionado con la aparición de los síntomas.

Se han relacionado las situaciones estresantes mantenidas en el tiempo, el sufrimiento emocional severo o la exposición a situaciones traumáticas con la aparición de la enfermedad. De la misma manera, se ha investigado cómo un tipo de personalidad más asociada a las mujeres (Personalidad Tipo C) donde la no expresión de la ira pero la sí expresión de emociones y conductas deseables socialmente, junto con la búsqueda constante de armonía en las relaciones y la aceptación estoica de los problemas, media en la aparición de ciertas enfermedades.

Tal vez sea necesario aprender a comunicar las emociones de manera más sana y reconocer el derecho a sentirlas, así el cuerpo no sufrirá las consecuencias del silencio.

“El cuerpo habla lo que la boca calla”

Discriminación y acoso laboral

  • “Sabía que me metía en un clima de hombres pero pensé que estas cosas ya no pasaban”
  • “Estoy harta de que mis compañeros encuentren gracioso el hacerme chistes sexuales o el tocarme en plan de broma”
  • “Siempre tengo que estar demostrando que valgo lo mismo que él”
  • “Ya sé que con el embarazo ya no me van a volver a ascender”
  • “Me he perdido mucho de la vida de mis hijos para que viesen que no iba a rendir menos por ser madre… Ahora creo que ha sido un precio demasiado alto”
  • “Siempre que paso cerca, hablan de mi cuerpo o hacen algún gesto obsceno. Les he visto incluso hacerme fotos sin mi permiso”

Si al leer esto, te has reconocido en alguna de estas afirmaciones, es que mereces que el cuidado que quieras darte comience escuchándote a ti misma y teniendo un espacio para mirarte de una forma más bonita, sana y reparadora.

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